En un reciente artículo sobre la creación de valor de la innovación de McKinsey se comentan los tres niveles de innovación:
- El alto nivel (¡que yo habría llamado justo al revés, cosas de la vida!) se relacionaría con las materias primas y el mundo físico, como las innovaciones en microprocesadores.
- El nivel intermedio catalogaría las innovaciones compuestas por agrupaciones de componentes de alto nivel, por ejemplo los circuitos electrónicos.
- El bajo nivel ya serían innovaciones en productos finales, que llegan directamente al gran público.
En cualquiera de los tres se moden producir cambios relevantes que afecten no sólo a su nivel, sino a los tres. Así, una innovación en el alto nivel genera una cascada de nuevas aplicaciones a los niveles inferiores. Las de bajo nivel, en cambio, se encargan de dar relevancia y visibilidad a las innovaciones de alto nivel. Además, para llegar a la gente, necesitarán una buena dosis de marketing y logística ...
Llegaremos a la conclusión pues que lo que realmente generará progreso será la combinación de todos estos factores, alineados, con la finalidad de poder tangibilizar este valor, de manera que sea percibido por los clientes, y los impulse a la decisión de compra, que tanto necesitamos últimamente.
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