Cada día, cada
hora, tomamos decisiones.
La mayoría nos
parecen intrascendentes, pero poco a poco van marcando nuestra vida.
Las relaciones que tenemos, en el trabajo, con
los amigos o la familia, dependen a veces de pequeños detalles, como recordar determinados acontecimientos, cumplir los compromisos,
o simplemente estar atentos a una conversación.
Y cada decisión,
no nos engañemos, no es el resultado de una coincidencia, sino del punto donde
ponemos el foco de lo que es
realmente importante para nosotros.
Aunque algunos
dicen que vivimos en un mundo que no podemos cambiar, todo lo hemos construido a partir de nuestras "pequeñas"
decisiones: La pareja que hemos
elegido y el barrio donde vivimos,
la escuela de los peques y las tiendas donde compramos, el lugar donde
trabajamos o el país que queremos.
Con la misma
valentía con que José y María se enfrentaban al nacimiento del Niño, y que nos ha traído, miles de
años después, un mensaje de Esperanza en Navidad, es necesario que nos tomemos
una tregua para decidir qué
haremos el año próximo.
Un 2014 que nos pedirá aún más coraje para hacer frente a grandes retos.
Y nuestras
pequeñas decisiones de cada día,
pueden llevarnos muy lejos. No lo
dudéis.
¡Feliz Navidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario